[Doc. N° 1 .]
1587. Fray Antonio de Ciudad Real: descripción del "juego del palo" en Mazatlán.

[18 de febrero de 1587]

Matzatlán... salieron algunos indios a caballo, buen trecho antes que llegase, y otros muchos de a pie, dando voces y alaridos como chichimecas y salió una danza de negros contrahechos, y otra de indios con un juego que llaman del palo. ... El juego del palo sobredicho, se usa en todas las Indias de la Nueva España, pero no hay muchos indios que le sepan jugar y destos son pocos los que lo saben bien hacer; el indio que le jugaba en aquel pueblo era diestrísimo y lo hacía maravillosamente; si él fuera a España, en poco tiempo se hiciera rico, con su juego, porque es muy vistoso y que requiere mucha maña, fuerza y destreza. El palo es rollizo y pesado, de más de dos varas de medir de largo y de un coto en redondo; tráenle de ordinario labrado y pintado; pónese el que le juega de espaldas en el suelo, y pone una almohadilla debajo de los lomos, y cogiendo el palo con los mesmos pies descalzos, se le pone sobre las plantas, teniendo las piernas levantadas hacia el cielo, de allí le arroja en alto y le torna a recoger en ella muchas veces muy a compás, al son de un teponastle pequeño que está tañendo otro indio, el cual con los demás de la danza anda danzando y cantando alrededor del que juega el palo, haciendo también son casi todos con sonajas de la tierra, que son unas jicarillas con muchos agujeros, y dentro algunas pedrezuelas o granillos que suenan mucho; otras veces traía el palo alrededor, al mesmo son pero muy aprisa, sobre la planta del un pie, meneándole con el otro, y otras veces con solo el un pie le arrojaba en el alto y le tornaba a recoger en la planta, todo a son y compás, como dicho es. También le ponía sobre los muslos y de allí lo (arrojaba sin ayudarse en esto ni en lo demás de las manos) y le recogía en las plantas, y proseguía su juego; de allí le bajaba y se le ponía entre las pantorrillas y el envés de los muslos, y con un vaivén que daba, le echaba en alto y le recogía / asimesmo en las plantas, y allí le hacía dar muy apriesa al mesmo son muchas vueltas alrededor, como cuando va rodando un palo rollizo. Puso otra vez atravesado el palo sobre las rodillas y hizo que dos mochachos, de los que bailaban y danzaban, se pusieran sobre él a horcajadas en cada punta del palo el suyo, de allí le levantó y puso en las plantas de los pies, y jugaba así con el palo y muchachos haciendo mudanzas con ellos al son del teponastle, después tomó en los pies a los mochachos, a cada uno en el suyo, por las horcajaduras, y levantándolos en alto danzó con ellos subiendo uno y bajando otro, todo muy a son y compás; sin éstos hizo otros muchos juegos y vueltas así con el palo como con los mochachos, que fuera ya mucha prolijidad contarlos. Hízose aquí mención deste juego por ser rara cosa, y digna de admiración.

Fray Antonio de Ciudad Real, Tratado curioso y docto de las grandezas de Nueva España. Relación breve y verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al padre fray Alonso Ponce en las provincias de la Nueva España siendo comisario general de aquellas partes. 2 Vols. México, UNAM, 1993. Vol II, págs. 141-142.