TLAHUICOLE

Tlahuicole, de María Esther Domínguez de Hoyos, tiene su antecedente en una obra del mismo nombre, escrita en 1917 por Manuel Gamio y que fue puesta en escena por Rafael Pérez Taylor en el escenario al aire libre de Teotihuacan en 1925.35 La obra de Domínguez de Hoyos se refiere a un personaje destacado del estado de Tlaxcala y poco conocido en el resto del país. La obra tiene 19 personajes, más danzantes que ejecutan una danza tlaxcalteca y otra de concheros. Está organizada en tres actos y pide varios escenarios que se ubican en Tlaxcala y en Tenochtitlan. El texto se refiere sobre todo, a la personalidad de Tlahuicole como guerrero invencible. Su defecto trágico es no creer en los dioses de su pueblo. Él sólo venera a la muerte. Es un guerrero indómito.

Este personaje es tratado por Clavijero36 como un guerrero valeroso que fue capturado en una batalla entre los tlaxcaltecas y los huejotzingas. Fue llevado a México en una Jaula y obsequiado a Moctezuma, quien le ofreció la libertad por tratarse de un guerrero distinguido, pero él rechazó esta oferta. Otras fuentes dicen que fue capturado en guerras floridas. En poder de Moctezuma luchó en su favor contra los michoacanos. Más información se puede encontrar en la Historia de Tlaxcala de Diego Muñoz Camargo y en los textos de El Colegio de México. 37

Domínguez de Hoyos, autora de la obra de teatro, anota en la didascalia inicial: "Los actos de los hombres los conoce la historia, pero sus motivos se fueron con ellos a su tumba". Con este epígrafe, la dramaturga ahonda en el ethos de su personaje. Los sentimientos de Tlahuicole se exponen como distintos a los de su pueblo. Su adoración a la muerte y no a los dioses otomíes, es un reconocimiento a "la invencible". Esta convicción lo llevará a rendirse ante ella, cuando pide la muerte a Moctezuma y de no aceptar su libertad.

El historiador Clavijero anota que Tlahuicole estuvo cautivo más de tres años con su mujer, a quien los mexicanos hicieron traer de Tlaxcala, porque querían que les dejara herederos para una gloriosa posteridad.38 Este pasaje no lo incluye el texto dramático de Domínguez de Hoyos. Tlahuicole no acepta su libertad tras ganar una batalla a favor de Moctezuma contra los michoacanos; no puede volver a su tierra, porque sería considerado traidor y no quiere ser libre al lado de sus enemigos.

La dramaturga contrasta el carácter de Tlahuicole firme, inalterable, decidido, con el de Moctezuma fanático, dudoso, atemorizado por las señales que predicen el arribo de los conquistadores. Estos dos caracteres aparecen como los dos lados de una misma moneda por el manejo de los sentimientos de cada uno y su postura frente a la guerra y el poder. Tlahuicole no se rinde ni se inclina ante Moctezuma, lo que produce un enfrentamiento que contrasta el manejo del poder de cada uno. Si Moctezuma es el gran tlatoani, Tlahuicole se alza por encima del él por su arrojo y su honor y de acuerdo con su carácter, su única alternativa es la muerte.

A la llegada de los españoles, Moctezuma, presintiendo su muerte, da la razón a Tlahuicole y reconoce que el gran guerrero lo ha vencido. El poderoso Moctezuma, con su admiración y sus halagos, cree haberlo asegurado para su reino como el superhombre que lo defendería de los funestos sucesos que le auguraban las profecías respecto a los españoles.

A través de Tlahuicole, la autora aborda la concepción del "otro", como "igual" ante la muerte. Esta idea queda subrayada por la voz del héroe cuando dice al tlatoani Moctezuma: "sólo somos una carcajada de la muerte". El lenguaje busca acercarse al universo lingüístico de los pueblos prehispánicos, con su abundante uso metáforas, pero con ideas contemporáneas que le atribuye a Tlahuicole.

El protagonista muere como él lo pidió: en el sacrificio gladiatorio (atado a la piedra redonda de sacrificios tamalácat; también conocido como el tlahuahuanaliztio o "rayamiento").39 Mal armado, como lo requería la costumbre, mata a ocho guerreros y hiere a veinte.40 Tlahuicole muere rindiendo homenaje a la muerte, a la única que reconoce como superior. Eros y Tanatos se enfrentan cara a cara, para vencer al humano, como siempre lo reconoció el guerrero.

La idea de no venerar a otro dios que no sea la Muerte y guardando las distancias entre una concepción filosófica y un ritual social de la actualidad, me viene a la memoria, por esa cantidad de seguidores que tiene la que llaman "la santa muerte."


35 Josefina Brun, El teatro para niños y jóvenes en México 1810-2010 , Instituto Nacional de Bellas Artes, México, 2011 p. 63.

36 Francisco Javier Clavijero, Op. Cit., pp. 188-189.

37 Historia de Tlaxcala por Diego Muñoz Camargo, Publicada y anotada por Alfredo Chavero.

38 Clavijero, Op., Cit.

39 Alfredo López Austin, La historia póstuma de la piedra de Tizoc, Arqueología mexicana, Volumen VII número 102, México, 2010. Clavijero, Op. Cit.

40 Diego Muñoz Camargo, Op., Cit., refiere la muerte de Tlahuicole. Su mujer pidió morir con él y se la ofrecieron al sentenciado como manjar, en uno de los festejos en su honor antes de morir.