CUAUHTÉMOC

Cuauhtémoc de Efrén Orozco, no concursó en las convocatorias de Teatro Histórico, Xavier Rojas la incluyó en el archivo por considerarla un documento que debía resguardarse. Cuauhtémoc fue escrita en 1950 y puesta en escena en el Palacio de Bellas Artes, por Salvador Novo para teatro escolar, en ese mismo año.

Esta obra se refiere a la tragedia del último rey mexica. El volumen del corpus es extenso. Con un numeroso reparto (cincuenta y seis personajes, más enanos, danzantes, librador de palo, soldados de distintas armas, capitanes, soldados tlaxcaltecas, príncipes, princesas, sacerdotes, nobles, músicos coros y gente del pueblo), el autor propone un montaje complejo. La sincronía de la obra es presentada en tres actos y nueve cuadros. La acción transcurre en siete escenarios, los cuales requieren escenografía tridimensional.

La historia del héroe Cuauhtémoc ha sido abordada, sobre todo, en las historias generales de México como exaltación del héroe. Los cronistas españoles que registraron los hechos, paralelamente a la conquista española o después de ella, escriben sobre Cuauhtémoc como parte de las conquistas de Hernán Cortés. Cuauhtémoc es una figura tomada como símbolo de heroicidad, mismo que ha inspirado a los artistas no sólo del teatro, sino también de las artes plásticas. Estas artes han destacado su martirio al descubrir ante Cortés dónde se hallaba el tesoro de Moctezuma. Efrén Orozco, autor de esta obra, recurre a los pasajes de la historia que contextualizan la personalidad de Cuauhtémoc y la destrucción de los valores mexicas, además de enfatizar la oposición del carácter de Cuauhtémoc frente al de Moctezuma.

El enfrentamiento entre Cuauhtémoc y Moctezuma es parecido al de Tlahuicole con el tlatoani, porque el héroe no se doblega, ni ante éste, ni ante Cortés, a quien hace la guerra hasta en sus peores momentos de cautiverio. Así como Tlahuicole pide a Moctezuma morir, de la misma manera lo hace Cuauhtémoc con Cortés. Los tlaxcaltecas aliados se muestran temerosos ante esta valentía, pero Cortés logra vencer a Cuauhtémoc. Hasta aquí la sincronía histórica que el autor matiza para destacar las diferencias de carácter de ambos tlatoanis.

El lenguaje se engolosina con los diálogos; las figuras retóricas destacan la expectación del pueblo mexica por conocer a los teules. Pone en acto la astucia de Cortés y el concepto de arraigo a su tierra de Cuauhtémoc. El autor toma de la historiografía los referentes que le proporcionan elementos para situar el ethos de su personaje, tales como los presagios de Moctezuma, la llegada de Cortés, su entrevista con Moctezuma, la llamada "noche triste", la arenga de Cuauhtémoc a sus guerreros y al pueblo, la gula de los españoles por el oro de los tlatoanis y el martirio de Cuauhtémoc, así como el viaje de Cortés a las Higueras donde es ahorcado el héroe.

El autor teje un puente en la sincronía histórica con los diálogos, los coros y la aparición de Bernal Díaz del Castillo como narrador, para dar coherencia a su corpus. Destaca la ambición de los españoles, un dato mencionado por Bernal Díaz. A veces utiliza palabras textuales de los cronistas, como cuando el último rey azteca se dirige a Cortés antes de ser muerto,41 y el pasaje y los versos de los españoles tras el oro. Este lenguaje lo alterna con reglas modernas de la gramática aplicadas a los diálogos de los personajes, incluido Cuauhtémoc en su discurso de coronación. Escena a la que el autor da mucha importancia.

En los textos de los cronistas se encuentran detalles de otros pasajes que la obra de teatro elude. El dramaturgo Orozco llama a Cuauhtémoc "Guatemuz",42 como lo hace Bernal Díaz del Castillo, quien se revela como la fuente más directa de Orozco. El dramaturgo no toma el hecho de que Cuauhtémoc haya complotado contra Cortés en el viaje de las Higueras y así propiciar su muerte; es el cronista Gómara quien lo hace.43 En cambio, Orozco reproduce lo que dice Bernal Díaz. También Francisco de Aguilar registra que Cuauhtémoc en ese viaje (a las Higueras) "tenía una noche concertando con todos los suyos de tomar los frenos de los caballos y matarlos" y narra cómo Cuauhtémoc se burla de Cortés.44 Es una omisión que hubiera reforzado el carácter indómito y sagaz de Cuauhtémoc y agregado pujanza a la intención didáctica del autor, de presentar al héroe como un ejemplo de fuerza y desprecio contra los invasores. El propósito de Efrén Orozco va dirigido a hacer del personaje "Cuauhtémoc" un héroe para las nuevas generaciones.


41 Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España , Porrúa, Sepan cuántos. México, 2005, pp. 39, 469.

42 Por su parte Francisco López de Gómara lo llama Cuauhtimoccín y Cuauhtimoc. La conquista de México. Francisco López de Gómara, Dastin S. L. Madrid, 2003. Torquemada lo llama Quauhtemoc, Monarquía indiana, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, México, 1975, p. 315.

43 Gómara, Op. Cit., pp. 300-317.

44 Fray Francisco de Aguilar. Relación breve de la conquista de la Nueva España . UNAM. México, 1980, pp. 56 y 99.