1981

Este año Nancy presentó una obra de su autoría: El día que pisamos la Luna, cuyo tono realista puso en escena las relaciones amorosas entre un grupo de lesbianas. Nancy fue una militante en pro de la normalización de las disidencias sexuales y la expresión libre de la sexualidad, y si bien esa lucha sigue hasta nuestros días, en su momento ella logró, contra todo pronóstico, que su discurso se oyera fuerte y claro.

En la prensa, el crítico Miguel Guardia escribió: “(…) es un buen síntoma de la libertad de expresión que se está dando en estos días —cuando no hay tiempo, ya, ni de pudibundeces victorianas; ni menos aún de querer tapar el sol con el dedo. La existencia de quienes tienen fe en la perspectiva que da la homosexualidad puede, si acaso, cuestionarse”.

 

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