Nancy Cárdenas
(1934-1994)
Carlos Monsiváis
Nancy Cárdenas Martínez nació en Parras, una pequeña ciudad colonial de Coahuila, el 29 de mayo de 1934. Su familia viajaba continuamente a Saltillo, la capital del estado; ahí Cárdenas tuvo la oportunidad de asistir al teatro, se fascinó ante la presencia de actores como Virginia Fábregas, María Tereza Montoya y Fernando Soler. También asistió por vez primera al cine en el bello edificio art déco de la sala Palacio.
Desde muy joven se interesó por el teatro y la poesía. Su primera actuación para teatro la realizó en 1951 con un grupo local de aficionados y, en su archivo personal, los poemas más antiguos datan de 1952, año en que comenzó sus estudios de preparatoria en Celaya, Guanajuato.
En la preparatoria, Cárdenas realizó y condujo un programa de radio estudiantil y se integró como actriz a un grupo de teatro. En esa época adoptó el seudónimo de Rosalba Cárdenas, con el que publicó algunas notas y poemas en los periódicos locales.
Al terminar el bachillerato decidió continuar sus estudios en la Ciudad de México. Ingresó en 1955 a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estudió Literatura Dramática y obtuvo el grado de maestría con la tesis Aproximaciones al teatro de vanguardia. Ahí coincidió con Carlos Monsiváis; se consolidó entre ellos una profunda y amistosa complicidad tanto en el arte como en la política sexual y la lucha por el respeto y visibilidad de la comunidad lésbico-gay, de la cual ambos se convertirían en protagonistas.
En la Facultad de Filosofía y Letras, Nancy se volvió popular muy pronto. Se postuló para presidenta de la asociación de alumnos; no ganó y denunció que la votación había sido manipulada, pero aceptó el resultado. Más adelante, se convirtió en miembro del consejo académico y en 1959 fue elegida para representar a los alumnos ante el presidente de la República Adolfo López Mateos, quien asistió al campus universitario para inaugurar el ciclo escolar.
En 1956, formó parte del legendario grupo Poesía en Voz Alta, y se relacionó con escritores y artistas cercanos a Octavio Paz y a Juan José Arreola. En esos años actuó también con directores como Álvaro Custodio, en la obra Fuenteovejuna de Lope de Vega; Xavier Rojas en Viaje de un largo día hacia la noche de Eugene O’Neill; y en 1960 en el montaje de Despertar de primavera de Frank Wedekind, dirigido por su compañero de generación y actor de Poesía en Voz Alta, Juan José Gurrola.
Por otro lado, realizó una serie de actividades diversas: trabajó como locutora de radio en las estaciones XEQ y XEW, y colaboró para la radio y la televisión universitarias haciendo entrevistas y dirigiendo radioteatros. En 1960, Manuel González Casanova, jefe de la sección de actividades cinematográficas de la UNAM, la invitó a coordinar los cineclubs, actividad que emprendió desde entonces y hasta 1963. También trabajó para la televisión comercial. En 1973, dirigió Cuatro a las 11, un programa para la recién constituida Televisa.
Igualmente, en 1960, publicó un ensayo sobre cine polaco y al año siguiente su primera obra teatral, El cántaro seco. Durante ese tiempo dirigió su primer montaje constituido por dos obras breves: Picnic en el frente de batalla de Fernando Arrabal y El difunto de René de Obaldia. Antes había participado como asistente de dirección con José Luis Ibáñez en las obras Asesinato en la catedral de T. S. Eliot en 1957 y Las criadas de Jean Genet en 1959.
Ese mismo año, obtuvo una beca de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para estudiar dirección de escena en la Universidad de Yale en Estados Unidos; al año siguiente obtuvo otro apoyo, esta vez por parte de la UNAM, para viajar a Europa y ver teatro. A su regreso, Cárdenas se integró como productora a la radio universitaria, donde realizó el programa El cine y la crítica, junto a Carlos Monsiváis y un grupo de amigos actores.
Su carrera como directora escénica entró en un impasse, por desacuerdos con Héctor Azar, coordinador de teatro de la UNAM y del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) al mismo tiempo. Esta tensa situación la alejó por casi una década de los escenarios. Fue hasta 1970 que regresó a la dirección escénica con un proyecto en colaboración con la actriz Carmen Montejo, el montaje de la obra El efecto de los rayos gamma sobre las caléndulas de Paul Zindel.
El interés de Nancy Cárdenas por la escritura estuvo presente toda su vida. En 1966, ingresó al Centro Mexicano de Escritores en el que desarrolló un proyecto de investigación sobre la relación entre el teatro y el cine. Durante estos años fue colaboradora en varias revistas como: Revista Política, Sucesos, Siempre!, Caballero, La mujer de hoy y Él, entre otras, escribiendo sobre diversos temas como cine, feminismo, televisión y política.
También escribió obras teatrales como El cántaro seco (1960), La vida privada del profesor Kabela (ca. 1960-1961), El día que pisamos la Luna (1981) y Sexualidades (1992). En 2003, la Universidad Autónoma de Coahuila incluyó una obra de su autoría, María y Fernando con Juan, en un libro titulado Apuesta a la tolerancia, volumen conformado por obras de Cárdenas y de Jesús González Dávila.
En 1971, Nancy publicó el libro de poesía Vuelo acordado y en 1994, año de su muerte, Cuadernos de amor y desamor, con una selección de su poesía y prólogo de Carlos Monsiváis.
Su militancia en la política sexual pro los derechos de las minorías enfrentadas a la norma heterosexual fue vital para el desarrollo del movimiento de liberación lésbico-gay en el México de los años setenta del siglo XX y las siguientes décadas. Así, una Nancy de treinta y tantos años se volvió visible como militante de los recién formados colectivos lésbico-gays, y su compromiso con la causa se entrecruzó con su obra escénica.
Murió de cáncer en 1994 en la Ciudad de México, poco antes de la publicación de su libro de poesía Cuadernos de amor y desamor.