Danza hebdomadaria


En 1970, la bailarina Rocío Sagaón convocó a un grupo multidisciplinario de artistas para crear un programa de danza que durante un mes presentaría, cada semana, distintas propuestas coreográficas. El proyecto fue planteado como un laboratorio donde el conjunto de participantes tuvo total libertad para experimentar. Pilar Pellicer trabajó en dos coreografías: una a cargo del artista plástico Arnaldo Coen, titulada Luz y fuerza motriz, y otra diseñada por el músico Víctor Fosado, Desmonólogo o hablando solo al cubo.

La propuesta de Coen destacó por el uso de los recursos técnicos como la iluminación, la música (a cargo de Víctor Fosado), la escenografía y el vestuario; este último fue sustituido por una intervención pictórica sobre los cuerpos en escena, una extensión de la propuesta plástica que el artista desarrollaba en esos años: siluetas de cuerpos femeninos en espacios geométricos. La experiencia de Luz y fuerza motriz fue una explosión cromática, tal como la definió la crítica de arte Raquel Tibol.